Keren’s Gordon. (Chris Clark | Spectrum Health Beat)

Keren Gordon estaba atrapada.

Antes de tener 17 años de edad, viajó a Belice para reunirse con su abuela y se hizo amiga de una mujer que le prometió ayuda. Dias después de haber llegado, yacía desnuda y esposada la cama de un sotano, y obligada a sostener relaciones sexuales para el lucro de otros. Al atrever defenderse, mordiendo a sus atacantes, la golpeaban al punto de marcarla con moretones.

Hasta que al fin encontró la oportunidad para escaparse. Había una fiesta en el primer piso, pero luego de un rato todo parecía acallado. Keren se liberó e investigó, picando levemente a sus captores con el pie. Se dio cuenta de que todos estaban dormidos de borrachos.

Ensangrentada y golpeada, corrió. Y corrió, y corrió.

Ella corrió hasta que un hombre mayor detuvo su automóvil para preguntarle si necesitaba ayuda. Su instinto le sugería seguir corriendo. Pero escuchó que del coche emanaba música cristiana y decidió probar su suerte. El nombre de quien la rescató era Daniel. Al final, la llevo a casa con su esposa, hijos y nietos, le brindó albergue en su casa, y la contrató para trabajar en su huerto.

Daniel, quien ya ha muerto, es uno de los pocos rayos de luz en su pasado.

Ahora con 19 años de edad, se atreve a esperar más rayos de luz como ese.

En octubre,  cerca de su cumpleaños número 20, Keren dará a luz a su primer bebé—un varón.  Ella cuidará a su bebé, trabajará a tiempo completo, y tomará clases en línea en Grand Rapids Community College.

Es un plan ambicioso, y lo estará logrando con el apoyo y aliento del Programa de Salud Materno-infantil en Spectrum Health, mismo que brinda apoyo a madres primerizas, y  Strong Begginings, un programa que ofrece servicios adicionales a participantes afroestadounidenses y latinas, que cumplen los criterios del progama, hasta que sus bebés cumplan los 2 años de edad.

Contra toda adversidad

Su lucha por una vida mejor, comenzó antes de que Keren naciera en Guatemala.

(Chris Clark | Spectrum Health Beat)

Cuando su madre estaba embarazada, un pariente intentó hacerla beber veneno para ratas con la finalidad de terminar las vidas de la madre y su bebé. Cuando Keren tenía tan solo dos años, su madre fue asesinada.

Ella fue criada por su bisabuela materna, Violeta, porque su padre y su familia la rechazaron. A los 10 años de edad fue violada. Su tío localizó al violador años más tarde y obligó a Keren a ver mientras él cobraba venganza del perpetrador.

Luego de que Violetta murió de derrame cerebral, la vida de Keren a los 13 años de edad se tornó aún más inestable. Se mudó de casa de un pariente a otra, padeció abusos sexuales, y abandonó la escuela por falta de dinero para pagar cuotas. Hasta que decidió buscar el apoyo de su abuela materna en Belice. Así fue, que como adolescente, se encontró en un sótano, como una víctima de tráfico sexual.

Luego de que escapó, una amiga convenció a Keren de emigrar a los Estados Unidos en busca de una mejor vida. Juntas, recorrieron México hasta que cruzaron la frontera a El Paso.

Al llegar a los Estados Unidos, Karen fue asistida por varios organismos, recibió su diploma de educación media, y hasta logró mención en el cuadro de honor. Aprendió inglés con la ayuda de sus padres sustitutos, utilizando la aplicación de Google para traducir, y viendo la televisión en español pero con subtítulos en inglés.

Lista para volar

Keren tiene ahora un empleo a tiempo completo y recientemente se convirtió en intérprete certificada, lo que espera se traduzca en mejores oportunidades de empleo.

(Chris Clark | Spectrum Health Beat)

La vida aun presenta dificultades y desafíos, con un bebé en camino. El padre fue deportado a Guatemala recientemente, razón por la cual ella viajó allá esperanzada en poder ayudarle a entrar legalmente a los Estados Unidos para que puedan casarse.

También aprovechó la oportunidad para visitar la tumba de su madre, y ahora conserva una foto de la lápida en su iPhone.

La fecha del parto de Keren está a la vuelta de la esquina; ella está determinada en brindarle a su bebé un mejor futuro. Ella recibe apoyo práctico y educación del Programa Materno-Infantil, una iniciativa de Spectrum Health Healthier Communities, misma que ha ayudado a 1,100 familias el año pasado, según Susan Henning, supervisora del programa.

El programa agrupa a una enfermera, una especialista en nutrición y alimentación humana, una trabajadora social y una promotora de salud, para asistir a quienes van a ser madres a llevar un embarazo saludable para tener un bebé saludable.

“Keren es muy alegre, se ve muy motivada, y llena de perseverancia. Quiere avanzar en la vida” dijo su promotora de salud, Esther Briones. “Me dice que quiere continuar sus estudios pero que su bebé es primero”.

Keren está llena de esperanza.

Ella lleva un tatuaje en su brazo derecho que resume su filosofía de vida: Este muestra una bandada de pajaros que vuelan por el cielo con la letra tomada de una canción de Rock and Roll: “Algunas veces hay que caerse antes de poder volar”.

“La gente te va a juzgar porque te ve joven y además embarazada” Keren dijo. “No juzgues mis razones sin conocer mis razones. No me rendiré aunque a veces sea difícil seguir adelante”.

Pese a que se ve fatigada en víspera de su parto, hay un resplandor en Keren, especialmente cuando habla de su futuro con el bebé y el padre de quien está por nacer.

“Estamos haciendo el mejor intento para seguir sonriendo” dijo.

¿Su meta? Ser una buena madre.

¿Su sueño? Terminar sus estudios para convertirse en una consejera que ayuda a jóvenes embarazadas en Guatemala a evitar el aborto, brindándoles el apoyo que necesitan para dar a luz a sus bebés, y cuando sea apropiado, darlos en adopción a familias estadounidenses para que logren un futuro mejor.