Los productos de soya son ahora pilar en muchas de las tiendas de comestibles, por brindar una alternativa baja en colesterol a las opciones lácteas de origen animal. (Para Spectrum Health Beat)

Alimentarse a base de una dieta rica en alimentos naturales e integrales está cobrando notoriedad en el mercado.

Comer «a base de plantas» se define como el consumo de verduras, granos integrales, frutos secos, semillas. Legumbres y frutas, pero sin (o pocos) productos de origen animal.

Según la Plant Based Foods Association, la compra de comestibles hechos a base de plantas aumentó en un 20 por ciento el año pasado, cuyas ventas sumaron tres mil trescientos millones de dólares. Alimentos alternativos a la carne como Beyond Meat e Impossible Foods aumentó un 24 por ciento, en tanto que las alternativas a los productos lácteos alcanzaron el 9 por ciento.

Muchas personas adoptaron una dieta a base de plantas para combatir una enfermedad crónica como las enfermedades cardiovasculares, diabetes, e hipertensión, o simplemente porque se desea bajar de peso, apoyar el medioambiente o combatir el abuso contra los animales.

Cualquiera que sea la razón, existen puntos clave que deben tomarse en cuenta cuando se busca incorporar más alimentos hechos a base de plantas en su dieta.

Olvídese de la mentalidad del «todo o nada»

Su gusto reciente por las comidas hechas a base de plantas no quiere decir que usted debería abstenerse de comer carne o queso por siempre.

Etiquetar comidas como buenas o malas, e incluso restringirse del consumo de algunos alimentos, puede resultar en una relación poco saludable de «todo o nada» con la comida. Esta postura puede bien provocar que falle en su intento por alimentarse mejor.

Incorporar plantas paulatinamente—establecer los Lunes sin lácteos ni carne, por ejemplo, o adoptar una comida vegetariana a la semana—es una estrategia razonable para ayudarle a combatir una postura rígida y comenzar a consumir una gran variedad de alimentos hechos a base de plantas.

Esto le ayudara a establecer un método a largo plazo, identificando comidas que realmente disfruta sobre la marcha.

La satisfacción es clave

Tal vez no sea fanática de las verduras o ensaladas, pero esto no quiere decir que sus comidas deban ser sosas y aburridas.

Aunque alguna gente considere estrictas las dietas a base de plantas, estos alimentos podrían en realidad permitirle explorar nuevos sabores, texturas y cocinas. Pronto se verá cocinando con ingredientes que jamás imagino disfrutar.

La leche, por ejemplo, se ha expandido a un rango a base de soya, almendras, coco, cáñamo, chícharo, linaza y anacardo. Probarlas en cereales o experimentar con ellas al hornear, podría llevarle a descubrir un nuevo ingrediente secreto para su receta favorita.

Alimentos vegetales: no siempre saludables

Los nuevos productos que apoyan las etiquetas con la legenda «hecho a base de plantas» rápidamente reclaman espacio en los estantillos de los supermercados locales.

Algunos de los productos que encontrará: queso sin lactosa, postres congelados, crema, queso-crema, yogurt, crema batida, alternativas a la carne, galletas y repostería.

Recuerde: Tan sólo porque la etiqueta dice que algo contiene ingredientes orgánicos o que es hecho a base de plantas no significa automáticamente que es un alimento saludable.

Sea cautelosa, lea etiquetas y tome las precauciones necesarias antes de consentirse sin pensarlo.

Consulte a una especialista

Aun cuando ha dedicado tiempo y esfuerzo considerables al planificar su dieta, usted habrá de encontrar obstáculos en el camino, al igual que con cualquier otro cambio en su estilo de vida.

Para medir su progreso, es siempre una buena idea consultar con un profesional como su médico o la especialista en alimentación y nutrición humana para que le ayude a identificar requisitos nutricionales específicos que debe cumplir para convertirse en la versión más saludable de su persona.