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Maria siempre ha sumado y multiplicado las voces a favor de la salud latina en nuestra comunidad. (Spectrum Health Beat)

Durante la última década del siglo pasado, María Cruz Delgado decidió que Grand Rapids era una buena ciudad para la crianza de sus hijos; considerando que la inseguridad de la selva de cemento en la que vivían seguía creciendo.

Proveniente de Chicago y luego de muchos años como ama de casa, Maria encontró empleo en el programa de salud materno-infantil del antes Hospital Butterworth como promotora de salud en febrero de 1993.

María no era ajena a esta comunidad, años atrás se había graduado del Central High School, pero por azares del destino la Ciudad de los Vientos, misma a la que emigró de su natal Yabucoa, Puerto Rico; la llamó de vuelta.

Sus padres residían en el corazón de la comunidad latina y gracias a ello, tomarle el pulso a la población que parecía duplicarse cada año en la avenida Grandville le era fácil. En muchos sentidos se puede decir que los servicios a la comunidad hispanoparlante que se gestaron en el seno de esta organización—incluyendo el programa de traducción—tienen origen en su mente inquieta y sentido de justicia. Su dedicación y preocupación genuina por las latinas embarazadas a quienes servía, pronto resultaron en varios ascensos dentro de la unidad en la que al día de hoy trabaja.

Visionaria y buscando extender la equidad en la salud a todos los que requerían apoyo para superar las barreras del idioma y la cultura, María propuso la creación de un nuevo programa a la dirección del conglomerado hospitalario que recién se había formado producto de la fusión entre Los hospitales Butterworth y Blodgett.

Fue en julio del 2000, que sus superiores le dieron carta abierta para implementar un modelo similar al de los servicios preventivos de salud materno-infantil, pero en forma integral para cubrir las necesidades de hombres, mujeres y niños por igual.

Al pasar de los años, el fideicomiso modesto de no más de 70 mil dólares anuales y dos empleados, fue evolucionando a tal grado que, en octubre de 2010 celebrábamos diez años de servicio. Galardones estatales y reconocimiento a escala local, regional, y nacional por servicios preventivos y de vinculación a más de 5 mil personas a lo largo de la década; son prueba fehaciente de su brillante trayectoria al frente del programa que ella conceptualizó.

Conforme cambiaron las necesidades de la comunidad latina en Grand Rapids, María fue capaz de tomar el pulso de su comunidad con mayor tino cada vez, y es a fines de 2012 y a principios de 2013 que gracias a ello se adopta un enfoque preventivo para combatir los altos índices de diabetes y enfermedades cardiovasculares que afectan a la población general, pero con las consideraciones culturales adecuadas para difundir el mensaje entre la comunidad hispanohablante.

Este 22 de julio, el equipo de Programa Puente que ahora consta de ocho salubristas—entre ellos dos enfermeras certificadas—ofrece servicios de valoración de riesgos cardiovasculares, detección temprana, psicoeducación, e interconsulta a más de 1,500 personas gracias a la tenacidad de nuestra querida lideresa.

En breve, el oleaje de las playas puertorriqueñas habrá de varar la embarcación de tan estimada colega, acaso para iniciar otro proyecto de similar o mayor alcance. Sabemos que no te vas a quedar quieta María; te vamos a echar de menos. ¡Hasta siempre!

En la fotografía de izquierda a derecha: Gladys Picó, Joanna Rodriguez, Juan Daniel Castro, Maria Cruz Delgado, José Reyna, Isabel Jimenez, Tania Bermejo, Veronica Perez, y Julio Cano.